Hacer visibles a las personas fallecidas para que dejen de ser simples estadísticas y convertirlas en instrumentos de concientización sobre el uso responsable de las vías, es el objetivo de la conmemoración del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros Viales, en el departamento del Atlántico.

La fecha para esta conmemoración fue establecida por la Organización Mundial de la Salud para el tercer domingo del mes de noviembre, sin embargo, en el caso del Atlántico se tiene prevista para el 29 en la Plaza Central del municipio de Sabanalarga, a partir de las 8 de la mañana.

El propósito es congregar la mayor población posible con el fin de generar una amplia socialización sobre el tema, de acuerdo con lo señalado por Luis Eduardo Fuentes Creciente, Coordinador de Gestión Comercial del Tránsito del Atlántico y Federico Pérez Montes, agente promotor de cultura vial.

Todo ello teniendo en cuenta las alarmantes y preocupantes cifras sobre víctimas en siniestros viales.

A nivel nacional se registran al menos 7 mil víctimas, constituyéndose en la primera causa de muerte en jóvenes entre 14 y 24 años.

De las víctimas, la mayoría, el 56%, corresponden a motociclistas, siguiéndole los peatones. Y más del 80% de los siniestros son atribuidos al factor humano.

Sostienen que los siniestros constituyen una verdadera tragedia para las familias. En muchos casos, las víctimas constituían el sustento de la familia y los hechos terminan afectando la economía familiar.

Además, en otros casos las personas registran lesiones severas, que hasta involucran la amputación de sus miembros, lo que igualmente representa un desgaste tanto en la economía del núcleo como en las relaciones intrafamiliares.

Adicionalmente, no existen programas de reincorporación dirigidos a las víctimas con estas secuelas, por lo cual quedan coartadas de su nivel productivo.

Tampoco existen programas sociales para brindarles soportes sicológicos para quienes quedan con altos niveles de depresión.

Otros factores asociados a esta situación son la ‘cultura’ de no utilización del casco de seguridad en los municipios y zonas rurales, la fácil adquisición de las motos en las comercializadoras, inclusive sin licencia de conducción y la mortal combinación del consumo de alcohol y el manejo de estos pequeños vehículos.

En el Atlántico, existen corredores que se han convertido en un grave peligro como por ejemplo Sabanagrande - Palmar de Varela (Carretera Oriental), Galapa - Sabanalarga (La Cordialidad) y la Vía al Mar.

“Este es un tema que nos compromete a todos”, puntualizaron.